Proposición de un Sistema Cuatrimestral
para las Carreras de Ingeniería

José A. Pino y Patricio Poblete

Introducción

Existe bastante consenso en nuestra Facultad de la necesidad de reformar nuestra docencia, ya que los síntomas de que existen problemas en ella son evidentes. Los problemas son muchos y apuntan en múltiples direcciones, por lo que a veces las soluciones que se ofrecen son parciales, y los cambios que se proponen no son totalmente convincentes.

Uno de los problemas evidentes es el excesivo largo de los estudios. A su vez, este problema puede enfocarse desde el punto de vista de la duración ``formal'' de los estudios (seis años) o bien desde el punto de vista de la duración ``real'' que los estudiantes toman en completar su titulación (promedios de más de ocho años).

Desde cualquiera de estos puntos de vista, el largo de los estudios es excesivo, tomando en cuenta estándares internacionales. ¿Por qué en Estados Unidos un estudiante puede al cabo de cuatro años de estudios universitarios ejercer como ingeniero y en Chile toma el doble de tiempo? Se podrá argüir que nuestra formación se asemeja más a la de un master en ingeniería de Estados Unidos. Sin embargo, esto sólo agrega un año más a los estudios en Estados Unidos. ¿Cómo se explican los tres años adicionales de estudios (reales) en Chile?

Cabe hacer notar que los años adicionales de estudio que estamos pidiendo a nuestros estudiantes no son gratis. No sólo significan un gasto de recursos innecesario a las familias respectivas, sino que se está restando el aporte de profesionales que el país necesita y en un período de sus vidas en que hay alta creatividad.

Es importante hacer notar que en el pasado ha habido intentos de hacer cambios en este sentido, y todos han sido infructuosos. Se intentó, por ejemplo, hacer docencia policíclica, es decir, que hubieran títulos intermedios al de ingeniería civil, que permitieran a un estudiante llegar hasta el primer título intermedio y entrar en el mercado de trabajo allí. El problema es que nuestra educación está basada en largos e intensos cursos en ciencias básicas, lo que toma varios años de docencia universitaria. Por lo tanto, al cabo de tres o cuatro años nuestro estudiante no ha tenido oportunidad de tomar cursos profesionales. La mejor demostración de este fracaso es la Licenciatura en Ciencias de la Ingeniería; obviamente un egresado con este grado no posee habilidades profesionales.

Otro ejemplo fue el intento fallido hace unos años de acortar la carrera de Ingeniería en un año. El resultado final de este intento fue que la mayoría de las carreras mantuvieron su duración, y algunas la aumentaron.

Por otro lado, están los aspectos sociales. ¿Aceptará el Colegio de Ingenieros a titulados que hayan demorado menos de seis años en titularse? La respuesta es definitivamente que sí. De hecho, el Colegio acepta egresados de Ingeniería Comercial, cuyos estudios toman oficialmente cinco años, y egresados de las Escuelas Politécnicas Militares, cuya formación estrictamente técnica es aún de menor duración.

También desde un punto de vista social, gustará a los padres que la Ingeniería sea una carrera mas breve? ¿No caerá en la categoría de ``carrera corta''? La percepción de los autores es que no hay peligro por este lado. Mas bien, la situación inversa puede darse. En efecto, probablemente pocos padres cuyos hijos están cursando Enseñanza Media están ahora conscientes de la verdadera duración de los estudios; si estuviesen conscientes, una proporción de ellos seguramente aconsejarían a sus hijos que estudiaran carreras que tomen menos años en completarse. ¿Por cuanto tiempo podremos seguir disfrutando de esta ignorancia de los padres?

Objetivos

En este documento, planteamos la posibilidad concreta de acortar la duración de los estudios de las carreras de Ingeniería Civil de la Universidad de Chile a cinco años. El método propuesto no es a través de una disminución del número de cursos, sino mediante la implantación de un régimen cuatrimestral de estudios. Queremos evitar explícitamente el entrar en una discusión de los contenidos de los planes de estudios, lo cual por cierto siempre puede hacerse independientemente. Nuestra proposición puede aplicarse sean cuales fueren dichos planes de estudios.

Régimen cuatrimestral

Nuestro actual régimen de estudios considera dos semestres regulares de estudios, con 16 semanas de clases. Además, existe un período intensivo de verano con menos semanas de clases.

La mayoría de la docencia actual se realiza en los semestres regulares. Los estudiantes así tienen mas de dos meses completos de vacaciones en el verano, más las vacaciones de invierno y de Fiestas Patrias.

En Norteamérica esto no es así. El año se subdivide en tres cuatrimestres, y los períodos de vacaciones son más breves. Los alumnos tienen la opción de estudiar durante dos o tres cuatrimestres cada año. Si optan por estudiar durante dos cuatrimestres, tienen un período de cuatro meses para trabajar, descansar o viajar. Si optan por estudiar durante tres cuatrimestres, avanzan más rápidamente en sus estudios.

No existe ninguna razón real para suponer que la materia que actualmente se cubre en nuestros actuales cursos semestrales no alcanzaría a pasarse en los cursos cuatrimestrales que proponemos. Sin ir más lejos, muchos de nuestros cursos están basados en los mismos textos que se usan en muchas universidades norteamericanas en los cursos cuatrimestrales equivalentes.

Para la Facultad, la dictación de cuatrimestres representaría un mejor aprovechamiento de la infraestructura física.

Para los alumnos, también los cuatrimestres son una gran ventaja. Si por alguna razón pierden un cuatrimestre, la pérdida no es tan grande. Además, podrían tomar menos cursos, concentrarse más en ellos y aún así, terminar su carrera en menos años que actualmente. Según nuestros cálculos, si un alumno toma sólo cuatro cursos cuatrimestrales durante cinco años, logra lo mismo que tomando cinco cursos semestrales durante seis años.

Una proposición cuatrimestral

Nuestra proposición es que cada cuatrimestre tenga 13 semanas de clases, y dos de exámenes. Esto deja 7 semanas libres, lo que permite mantener las tradicionales vacaciones del mes de febrero, dejar una semana de vacaciones entre cuatrimestres, e incluso así se dispondría de una semana de vacaciones aún sin asignar, la cual podría darse en Fiestas Patrias, o entre Navidad y Año Nuevo.

Es posible que algunas personas consideren que la disminución de 16 a 13 semanas de clases sería una pérdida significativa respecto de la situación actual. Esta sería ciertamente una preocupación válida, y el tema amerita discusión.

Pensamos que es perfectamente factible reducir la duración de nuestros cursos a 13 semanas efectivas de clases. Para empezar, nuestro actual régimen de semestres es muy laxo: hay una semana olímpica, una semana ``mechona'', y en muchas cátedras casi no hay clases en la primera semana. Es muy probable que en muchas cátedras, si se hiciera el 100% de las clases en un régimen cuatrimestral, se harían el mismo número de clases que las actuales del régimen semestral.

En este punto, es importante discutir las obligaciones del personal docente. En Norteamérica, las clases son ``sagradas''. No hay argumento que justifique que un curso no dicte sus clases. Los profesores tienen esquemas de apoyo mutuo, de manera que si por una causa muy justificada (tal como un viaje importante o enfermedad), un profesor no puede dictar una o más clases, alguno de sus colegas efectúa las clases, y viceversa. Un esquema similar sería indispensable para que el régimen cuatrimestral funcionara.

Otra consecuencia positiva del régimen que proponemos, tiene que ver con la posibilidad de que los académicos puedan tener períodos libres de obligaciones docentes. En nuestro departamento, por ejemplo, la norma es que los profesores dicten tres cursos por año. En general, no resulta factible que una persona esté dictando tres cátedras simultáneamente, así que en la práctica uno está siempre haciendo al menos un curso.

En el sistema cuatrimestral, proponemos que la carga docente normal sea de cuatro cursos al año. Esto permitiría que un profesor, si así lo desea y las necesidades de su departamento lo permiten, pudiera acumular toda su docencia en dos cuatrimestres--dictando dos cursos en cada uno de ellos--para poder gozar así de un cuatrimestre dedicado completamente a la investigación, o para poder realizar en ese período los viajes que necesite efectuar.

Finalmente, es probable que la disminución del largo de los semestres facilite en alguna medida el conseguir profesores de jornada parcial, para los cuales comprometerse por un período más corto puede resultar más conveniente.

Una simulación del régimen cuatrimestral para 1996

El siguiente calendario muestra como sería el calendario académico de 1996 bajo este sistema. Las semanas aparecen marcadas como de clases (C), exámenes (E) y vacaciones (V).

                D  L Ma Mi  J  V  S
           V                   1  2    Marzo 1996
           ------------------------
           C    3  4  5  6  7  8  9
           C   10 11 12 13 14 15 16
           C   17 18 19 20 21 22 23
           C   24 25 26 27 28 29 30
           C   31  1  2  3  4  5  6   Abril 1996
           C    7  8  9 10 11 12 13
           C   14 15 16 17 18 19 20
           C   21 22 23 24 25 26 27
           C   28 29 30  1  2  3  4   Mayo 1996
           C    5  6  7  8  9 10 11
           C   12 13 14 15 16 17 18
           C   19 20 21 22 23 24 25
           C   26 27 28 29 30 31  1   Junio 1996
           E    2  3  4  5  6  7  8
           E    9 10 11 12 13 14 15
           ------------------------
           V   16 17 18 19 20 21 22
           ------------------------
           C   23 24 25 26 27 28 29
           C   30  1  2  3  4  5  6   Julio 1996
           C    7  8  9 10 11 12 13
           C   14 15 16 17 18 19 20
           C   21 22 23 24 25 26 27
           C   28 29 30 31  1  2  3   Agosto 1996
           C    4  5  6  7  8  9 10
           C   11 12 13 14 15 16 17
           C   18 19 20 21 22 23 24
           C   25 26 27 28 29 30 31
           C    1  2  3  4  5  6  7   Septiembre 1996
           C    8  9 10 11 12 13 14
           C   15 16 17 18 19 20 21
           E   22 23 24 25 26 27 28
           E   29 30  1  2  3  4  5   Octubre 1996
           ------------------------
           V    6  7  8  9 10 11 12
           ------------------------
           C   13 14 15 16 17 18 19
           C   20 21 22 23 24 25 26
           C   27 28 29 30 31  1  2   Noviembre 1996
           C    3  4  5  6  7  8  9
           C   10 11 12 13 14 15 16
           C   17 18 19 20 21 22 23
           C   24 25 26 27 28 29 30
           C    1  2  3  4  5  6  7   Diciembre 1996
           C    8  9 10 11 12 13 14
           C   15 16 17 18 19 20 21
           C   22 23 24 25 26 27 28
           V   29 30 31  1  2  3  4   Enero 1997
           C    5  6  7  8  9 10 11
           C   12 13 14 15 16 17 18
           E   19 20 21 22 23 24 25
           E   26 27 28 29 30 31  1   Febrero 1997
           ------------------------
           V    2  3  4  5  6  7  8
           V    9 10 11 12 13 14 15
           V   16 17 18 19 20 21 22
           V   23 24 25 26 27 28

Conclusiones

El régimen cuatrimestral propuesto tiene significativas ventajas para los alumnos y también ventajas para la Universidad y los profesores de jornada parcial. Desde el punto de vista de los académicos de jornada completa, exige un esfuerzo adicional, tanto desde el punto de vista de cumplimiento del 100% de las clases como en un mayor número de clases a dictar, ya que se les pediría hacer 52 semanas-curso al año en lugar de las 48 actuales (suponiendo una carga promedio de tres cursos semestrales ahora, y de cuatro cursos cuatrimestrales en el futuro). Esto tiene alguna compensación en la posibilidad de tener cuatro meses sin docencia (si se concentra la docencia en dos cuatrimestres).

Por ser un esquema distinto del rutinario, su implantación requeriría en un primer momento un esfuerzo administrativo adicional por parte de la Escuela y de los Departamentos. Pensamos que los beneficios globales del esquema que proponemos justifican ampliamente este esfuerzo.